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EL PERDÓN

En la actualidad se habla de la falta de capacidad de las personas para perdonar, como la principal causa de los conflictos humanos, a todo nivel.  Muchos piensan que perdonar es una señal de debilidad y creen que el agresor debe tener su propio castigo, para satisfacción del agredido.  En esta dinámica se mueve el mundo y el resultado es que el odio se impregna en las familias, las comunidades y los países, pasando de generación en generación, teniendo como resultado relaciones destructivas y dolorosas. 

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Perdonar es un acto que beneficia, en primer lugar, a la persona que otorga el perdón.  No hay nada que dañe más al corazón humano, que el resentimiento y el odio. Quien no perdona sufre más que la persona a quien se le ha negado el perdón. Perdonar es un acto de valentía y fortaleza, es una forma de construir y reconstruirse a sí mismo. Desear el bien a quien ha hecho daño es llevar el perdón a otro nivel. Hacer el bien a quien ha hecho mal, es un gran acto de generosidad, digno de personas íntegras, de gran corazón. 

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Atrevámonos a ser audaces y dejemos esas viejas prácticas de guardar rencor de la gente mediocre.  Seamos proactivos, devolvamos el mal con abundancia de bien. Ésta es la única forma en que nos sentiremos completamente satisfechos de nosotros mismos y así alcanzaremos la felicidad.

Esta Cuaresma, acércate más a Jesucristo y pídele un corazón generoso que te permita perdonar y así libere tu corazón y tu alma, para darte a los demás, haciendo el bien.

¿Qué es el perdón? Se puede definir como un genuino acto de amor.  ¿Cómo puedo yo amar a una persona que me ha causado daño? Resulta ser ésta, la lección que Cristo nos trajo cuando dio su vida por nosotros y por nuestros pecados. Además, si nos llamamos cristianos, debemos tratar de imitarlo y asemejarnos cada día más a Él. Jesús dio Su vida por todos nosotros, nos abrió las puertas del cielo.  Su sufrimiento fue nuestra purificación.  Dio Su vida por los buenos, los malhechores, los delincuentes, los asesinos; se entregó por todos los seres de esta tierra.  El mayor acto de amor que ha visto la humanidad ha sido el sacrificio de Jesús por nuestros pecados, sabiendo que Él jamás pecó, nunca le hizo daño a nadie.  Fue perfecto Dios y perfecto Hombre.

Mariíta Arathoon

DIRECTORA GENERAL

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