top of page

Hace 93 años, un 17 de septiembre, dos hermanas comenzaron con un sueño, el sueño de crear una educación completa que cubriera todas las necesidades, y que fuera igual para todos. A partir de esta meta, nació el Colegio Capouilliez, cuyo nombró fue dado con base al apellido belga de sus fundadoras.

Ubicado en la zona 1, el Colegio recibía a niños y niñas desde primero hasta sexto primaria; con la cualidad de, a pesar de ser un colegio mixto, separar a varones de mujeres. Esto permitía tener una convivencia, aunque escasa, existente entre ambos sexos y al mismo tiempo mantener la tradicional educación separada de la época.

 

A mediados de la década de los 50’s, Doña Blanca de Arathoon había establecido una cercana relación con el Colegio, al principio como maestra y posteriormente como coordinadora. Basadas en esta estrecha relación y una amplia confianza, a finales de 1956 las hermanas Capouilliez, propietarias del colegio homónimo, decidieron entregarle la dirección del mismo a Doña Blanca, pues ellas deseaban retirarse.

 

Así, Doña Blanca comenzó a implementar cambios significativos en la Institución, comenzando por trasladarla a un edificio que cubriera las nuevas necesidades que surgieron al modificar ciertos aspectos de la educación, como el agregar la educación de moral y valores como una disciplina básica. Así, el Colegio se mudó a la zona 14 en busca de nuevas fronteras.

Finalmente, en 1976, nos trasladamos a la sede actual en la zona 11, con el primer edificio de Primaria que contaba con muchas ventajas de las que carecían los edificios anteriores. Se estrenaron nuevos laboratorios científicos, cocina, salones de Artes Industriales y hasta una nueva y mejorada piscina.  

Posteriormente, con el apoyo de Enrique Arathoon y María de Solórzano, así como con la participación de María del Pilar y Sandra Mérida, se estrena el edifico de Secundaria en 1986. La nueva construcción cuenta con tres niveles totalmente equipados para acoger a las nuevas generaciones, además de nuevas canchas polideportivas y un moderno gimnasio.

Un año después, la primera promoción se gradúa en Bachiller de Ciencias y Letras con especialización en Computación. 

Para entonces, y al ver la necesidad de crear un ambiente igual para todos, el Colegio, luego de muchos años de destacar por impartir la religión católica, se convierte en un colegio laico con el fin de aceptar a alumnos y personal tanto docente como administrativo de todos los credos.

Al mismo tiempo, el Colegio rompía con una de las más grandes costumbres de la época pasando de ser una institución que separaba a niños de niñas a una que unía a ambos géneros, logrando de esta forma crear nuevos valores de convivencia entre sus alumnos, preparándolos para el mundo.

Hace tres años, en 2013, el Colegio realizó uno de los cambios más trascendentales y significativos en su historia. La implementación del programa “Líder en Mí” en el Colegio, y posteriormente la Certificación como Colegio Faro no solamente han aumentado el prestigio escolar, si no que ha ayudado a crear y educar a los nuevos líderes del siglo XXI.

 Al fin y al cabo, ésta siempre ha sido la finalidad del Colegio. Potencializar y explotar los talentos de los alumnos, educarlos en valores y principios para así lograr crear a los líderes que el mundo necesita, que en algún momento necesitó y que en un futuro necesitará. 

Fuente de consulta: 

-Entrevista a María de Solórzano, Coordinadora General

-Fotografías proporcionadas por Sandra Mérida, miembro fundador de Secundaria.

-Información complementaria obtenida de la página oficial del colegio www.capouilliez.edu.gt

bottom of page